La influencia de los ríos en el vino

En el mundo vitícola la combinación de calor, luz solar y agua conforman lo que conocemos como clima, fundamental para el crecimiento de las uvas. Pero, ¿qué pasa cuando en la ecuación entran los ríos?
Visibilizar la importancia de conservar y proteger los ríos es el objetivo detrás del Día Mundial de los Ríos que se celebra el 24 de septiembre. Los ríos albergan una variedad importante de ecosistemas y especies, al mismo tiempo que proveen a los humanos de agua potable. El agua de los ríos desempeña un papel importante en sustentar la vida en la Tierra y el desarrollo humano, por eso la necesidad de protegerlos y gestionarlos de forma sustentable. Ese es el llamado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con la creación de esta fecha, que busca crear consciencia sobre estas corrientes de agua que son fuente de vida.
Si bien los ríos constituyen una pequeña fracción del agua dulce del planeta (0,49%), su influencia es muchísimo mayor. Pues estos cuerpos de agua influyen notoriamente sobre el clima, y en el caso del vino, impactan directamente en el crecimiento y las características de las uvas.
Como decíamos, los ríos son masas de agua que generan vida. Pero no hay que olvidar que la influencia de los ríos también ha creado grandes zonas vitícolas. No a través del riego, sino que, moldeando el paisaje, moderando la temperatura y reflejando la luz. No es coincidencia que grandes vinos del mundo estén estrechamente relacionados a ríos. Seguramente ya escuchaste hablar del Ródano, Rhin, Mosela, Duero y Napa; son ríos y el origen de famosos vinos.
Los ríos influyen en el clima porque tardan más en calentarse y enfriarse que la tierra. Esto permite que, en otoño, por ejemplo, los ríos sean más abrigados que la tierra que los rodea, aportando calor a zonas vitícolas de clima frío y, por ende, ayudando a extender la época de crecimiento de la uva. Al mismo tiempo, ellos también pueden reflejar la luz del sol a los viñedos, y así ayudar a las uvas madurar en latitudes lejanas al Ecuador y protegerlas contra las heladas. Es decir, los ríos son capaces de moderar climas severos en todo el mundo, lo cual es muy importante en el mundo del vino ya que la mayoría de los viñedos se encuentran en áreas extremas o marginadas.
Tampoco es coincidencia que todos los vinos de Gran Reserva provengan de una ubicación privilegiada, es decir, cerca de un río importante. Gran Reserva Sauvignon Blanc proviene de un extraordinario viñedo de Ucúquer, ubicado a orillas del Río Rapel y a solo 20 km. del Océano Pacifico; en tanto que los viñedos de Gran Reserva Cabernet Sauvignon y Gran Reserva Malbec, se ubican en terrazas a la orilla sur del Río Tinguiririca en una de las zonas más fresca del Valle de Colchagua; mientras que los viñedos de Gran Reserva Carmenère crecen en Peumo a orillas del Río Cachapoal, en el valle que lleva el mismo nombre.
Gracias a esta ubicación, donde los ríos controlan los climas, es que el equipo enológico detrás de Gran Reserva consigue lograr un equilibrio de las uvas que se da de forma natural. Pues las influencias moderadoras de todos estos ríos, permiten uvas que logren madurar correctamente, aun manteniendo su acidez, lo que se traduce en vinos frescos y muy equilibrados. Y lo mejor de todo, es que esta cualidad permite expresar consistentemente la cualidad de terruño cosecha tras cosecha.
Hablamos de un Sauvignon Blanc con notas minerales, fresco en boca y notablemente intenso. De un Cabernet Sauvignon de textura sedosa, con gran concentración de aromas intensos y final largo. De un Carmenère crujiente y concentrado. Y un Malbec con concentrado sabor a fruta negra, estructura y densidad. Vinos que no pasan desapercibidos y que le hacen honor a los ríos Rapel, Tinguiririca y Cachapoal. ¡Salud por el Día Mundial de los Ríos!
Adoptamos un Modelo de Negocio de Impacto, promoviendo vínculos que beneficien tanto el negocio, la comunidad y el medio ambiente.
Cumplimos con los estándares más altos de compromiso social y ambiental siendo la transparencia y responsabilidad legal elementos fundamentales para equilibrar el beneficio y el propósito.
Los viñedos Gran Reserva son una parte importante del proyecto para conservar áreas de bosques nativos y proteger la biodiversidad local. Nuestros bosques nativos tienen la capacidad de retener el agua de lluvia y controlar así el cambio climático que provoca la escasez de agua.
Cuidamos 1.432 hectáreas de bosques protegidos y, en promedio un total de 105 especies de fauna y 48 especies de flora por cada viñedo.
Nuestro esfuerzo por preservar la naturaleza comienza con un consumo responsable del agua. El 99% del agua que utilizamos proviene de fuentes tanto superficiales como subterráneas.
Utilizamos el goteo como sistema de riego lo que nos permite tener una eficiencia del 90% en el consumo de agua. Durante los últimos 3 años, esto nos permitió reducir nuestra huella hídrica en un 10%.
Todos nuestros procesos de vinificación requieren el uso de energía. Nuestra decisión de invertir en energía limpia y renovable refleja nuestro deseo de co-crear un planeta sustentable para el futuro.
El 100% de la electricidad utilizada para la elaboración de los vinos de la colección Gran Reserva procede de fuentes renovables, incluida la solar.
Concha y Toro está certificada bajo el Código de Sustentabilidad de Vinos de Chile desde 2012, lo que significa que nuestros viñedos son reconocidos oficialmente como viñedos sustentables.
Los vinos de nuestra colección Gran Reserva se elaboran íntegramente con uvas propias de viñedos erigidos de forma sustentable.