Su labor imprescindible es para el ecosistema. Ayudan, entre otras funciones, en la dispersión de semillas, el control de plagas en cultivos y en la polinización de plantas. Estas son cuatro especies que cada cierto tiempo, habitan nuestros campos.
Una campaña para sensibilizar y promover la conservación de las aves migratorias y sus hábitats a nivel mundial, es el motivo del Día Mundial de las Aves Migratorias que se conmemora este 11 de mayo. Totalmente dependientes de los ecosistemas acuáticos durante sus ciclos vitales, los humedales interiores y costeros, los ríos, lagos, arroyos y estanques… son fundamentales para las aves migratorias. Allí ellos se alimentan, beben agua o anidan, pero también descansan durante sus largos viajes. La amenaza de estos ecosistemas, sin embargo, está teniendo un impacto directo en las aves que dependen de ellos.
Dentro del programa de conservación de la biodiversidad que Gran Reserva ha implementado en todos los campos donde se producen vinos como Gran Reserva Sauvignon Blanc, por nombrar alguno, la restauración nativa de las aves es parte importante de su trabajo. Para ello, instalaron 21 casas nidos de distintos tamaños que, además, fomentan el control biológico de los viñedos. Gracias a monitoreos, se han identificado cuatro aves migratorias que las utilizan:
Estas hermosas aves de plumas azul brillante con una mancha al final del lomo, se caracterizan por su vuelo elegante y característico canto. Además, migran hacia el norte durante el invierno austral, regresando a Chile en la primavera. En sus vuelos migratorios pueden recorrer hasta 10.000 kilómetros para llegar a sus zonas de reproducción o invernada. Cuando visitan los viñedos de Gran Reserva, cumplen la función de controlador biológico al alimentarse de insectos.
Esta pequeña ave de color gris pizarra con una mancha blanca en el cuello y pecho, destaca por su canto armónico. Es originaria de Chile, pero se encuentra distribuida a lo largo de diferentes regiones de América del Sur ya que en los inviernos australes algunas migran al este de Argentina, al oeste de Uruguay o suroeste de Brasil. Sumamente activas y sociables, estas aves de alimentan de semillas, frutas y pequeños insectos como las chaquetas amarillas. También cumplen la función de controlador biológico en los fundos de Gran Reserva.
Nativa de Chile y Argentina, en Chile se distribuye desde Copiapó a Valdivia. Es un ave rapaz de color gris y café terroso, gran cantora y capaz de imitar el sonido de otros pájaros como la Diuca, el Chercán y Tordos. Durante su temporada no reproductiva, las Tencas migran hacia el norte de Bolivia, Paraguay, Uruguay y el sur de Brasil.
Esta pequeña ave de canto melodioso que suele habitar zonas de montañas y bosques, cumple un papel crucial como dispersor de semillas y controlador de poblaciones de insectos, favoreciendo la regeneración de diversas especias vegetales. Se caracteriza por su vuelo en “sube y baja” con aleteos intermitentes. Residente desde Tierra del Fuego hasta Aconcagua, en los inviernos australes migra hacia el norte llega entre Coquimbo y Atacama en busca de climas más templados. A primera vista se parece a la Diuca, pero mas de cerca su mayor tamaño se hace evidente.
Adoptamos un Modelo de Negocio de Impacto, promoviendo vínculos que beneficien tanto el negocio, la comunidad y el medio ambiente.
Cumplimos con los estándares más altos de compromiso social y ambiental siendo la transparencia y responsabilidad legal elementos fundamentales para equilibrar el beneficio y el propósito.
Los viñedos Gran Reserva son una parte importante del proyecto para conservar áreas de bosques nativos y proteger la biodiversidad local. Nuestros bosques nativos tienen la capacidad de retener el agua de lluvia y controlar así el cambio climático que provoca la escasez de agua.
Cuidamos 1.432 hectáreas de bosques protegidos y, en promedio un total de 105 especies de fauna y 48 especies de flora por cada viñedo.
Nuestro esfuerzo por preservar la naturaleza comienza con un consumo responsable del agua. El 99% del agua que utilizamos proviene de fuentes tanto superficiales como subterráneas.
Utilizamos el goteo como sistema de riego lo que nos permite tener una eficiencia del 90% en el consumo de agua. Durante los últimos 3 años, esto nos permitió reducir nuestra huella hídrica en un 10%.
Todos nuestros procesos de vinificación requieren el uso de energía. Nuestra decisión de invertir en energía limpia y renovable refleja nuestro deseo de co-crear un planeta sustentable para el futuro.
El 100% de la electricidad utilizada para la elaboración de los vinos de la colección Gran Reserva procede de fuentes renovables, incluida la solar.
Concha y Toro está certificada bajo el Código de Sustentabilidad de Vinos de Chile desde 2012, lo que significa que nuestros viñedos son reconocidos oficialmente como viñedos sustentables.
Los vinos de nuestra colección Gran Reserva se elaboran íntegramente con uvas propias de viñedos erigidos de forma sustentable.